"Sé generoso en la prosperidad y agradecido en la adversidad." Bahá'u'lláh

jueves, 1 de agosto de 2013

Alma


¿Son una misma cosa

la creación y Dios?

Si fuera así estamos condenados

desde el instante mismo en que nacemos.

Naturaleza y Dios no se confunden

dentro del corazón que su esperanza ha puesto

en una libertad auténtica.

El alma reconoce cuán distinta

es la luz y la voz de su conciencia.

El alma aspira a remontarse

más allá de penurias materiales.

Sobre este mundo se contempla

como hacedora y dueña

de su existencia propia.

De todo a veces la despojan,

y sin embargo es ella quien nos habla

desde su misma esencia:

yo soy distinta y diferente

de todo cuanto me rodea”.

¿Y habrá de confundirse Dios

con todo lo que existe en este mundo?

Si no hay sabiduría, ni verdadera ciencia

el mundo ha de moverse sin nosotros,

y sin sentido ni final alguno,

pero el alma aún tendrá su propia meta.

Existe un orden diferente

que enlaza al Creador con su criatura,

que a través del amor y comprensión

toda limitación trasciende.

Y las vicisitudes e infortunios

de esta existencia terrenal

no alcanzan a apagar la llama

que en su interior el corazón

alberga y siente.



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