¿No presentiste el camino
y su largo extravío?
¿En los lejanos sueños de la
infancia
no estaba ya escondido tu destino?
El potro que relincha entre la
hierba,
sin una mano firme y amorosa
que con sabiduría le convoca,
se inclina hacia el barranco.
Allí donde se hallaba en un
principio
la meta que condujo cada paso
de pronto advierte su completo
imperio.
¿Cómo evadir la cautivante fuerza
de una prisión idéntica a sí
mismo,
a cuyos propios límites
su padecer le estrecha?
La larga caravana que recorre
la ardiente y torturada arena
de una inconstante fe depende.
Mas si la estrella de brillante luz
de noche o de mañana
en su socorre viene
hacia el hermoso porvenir la lanza.
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