Estos cuerpos pesados como piedras,
que tienden hacia el centro de la
tierra,
según dicen los sabios,
de algunos pensamientos se encuentran
animados.
A más de sus instintos y reflejos,
buscan también alguna meta,
que el gran Estagirita llamó
'felicidad'.
Que todos algún día podamos
encontrarla
sería ciertamente deseable,
y ponernos de acuerdo y convivir,
más importante todavía.
Somos un poco más, según parece,
que los hermosos animales
que pueblan esta tierra, y que nos
temen.
Somos criaturas peligrosas,
que no saben muy bien qué hacer
con su inconstante libertad,
aún más necesaria que el destino.
Siempre hemos decidido ya
o estamos decidiendo.
Nuestros caminos nos conducen lejos
de lo que somos y hemos sido,
y a veces en su espejo no acertamos
a ver que son nuestros reflejos.
Seres errantes somos,
aun cuando sedentarios
nos hemos hecho al fin,
y sobre nuestras huellas cavilamos
para poder reconocernos.
Los propios cuerpos pesan, mas no
saben
a dónde se encaminan.
Pero a dónde nosotros los llevamos
es lo más importante todavía.
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